
En la noche no salen los monstruos, la noche es el monstruo (a veces)
En la noche no salen los monstruos, la noche es el monstruo (a veces)
Vivimos demasiado rápido.
La vida pasa frente a nuestros ojos. ¿El problema? Que no nos damos cuenta.
El problema no es no tener internet, el problema es no tener internet en un mundo que funciona con internet.
En medio del caos y la prisa, la vida de una ballena boreal parece tener todas las respuestas: ¿cómo encontrar paz en la rutina? A veces, basta con flotar, respirar, y dejar que el momento nos lleve.
Un caótico viaje mental por un acto rutinario, donde a partir de un evento personal, que tomó meses de incertidumbre para decidir que corte iban a hacer dos metales afilados (tijeras), acompañado de un debraye sobre culturas que tienen bien establecida una identidad y característica muy particular, fuera de las prendas o ideologías, con el objetivo de escoger el corte de pelo que me hiciera sentir realmente yo de nuevo.
Sabía que el amor duele, pero, ¿con un vaso de leche?
En la noche no salen los monstruos, la noche es el monstruo (a veces)
Somos desconfiados cuando nos conviene.
Qué bonita luz la de esa hora.