
Qué bonita luz la de esa hora.
Qué bonita luz la de esa hora.
Somos desconfiados cuando nos conviene.
En la noche no salen los monstruos, la noche es el monstruo (a veces)
Sabía que el amor duele, pero, ¿con un vaso de leche?
Un caótico viaje mental por un acto rutinario, donde a partir de un evento personal, que tomó meses de incertidumbre para decidir que corte iban a hacer dos metales afilados (tijeras), acompañado de un debraye sobre culturas que tienen bien establecida una identidad y característica muy particular, fuera de las prendas o ideologías, con el objetivo de escoger el corte de pelo que me hiciera sentir realmente yo de nuevo.
No todos los poemas son para todos.
Todos tenemos pequeños placeres, y seguro que no somos los únicos que los disfrutan. Comparte los tuyos, sé parte de Postal Borrosa.
Se habla mucho de la dependencia emocional, pero ¿qué hacemos al respecto?
Todos tenemos pequeños placeres, y seguro que no somos los únicos que los disfrutan. Comparte los tuyos, sé parte de Postal Borrosa.
Un pequeño video que nos muestra insignificancias de las personas, cosas que probablemente compartimos pero no nos detenemos a apreciar.
Todos nos desahogamos en notas. Las notas lo lloran con nosotros.
Vivimos demasiado rápido.
Una pequeña perspectiva del nihilismo.
La vida pasa frente a nuestros ojos. ¿El problema? Que no nos damos cuenta.
El problema no es no tener internet, el problema es no tener internet en un mundo que funciona con internet.
Los sentidos son recuerdos, recuerdos con sentido, recuerdos que sentimos.
Cuestionamientos, verdad y Dios.
La difícil y radical decisión de no ir a despuntarse, sino a cortarse el cabello de verdad.
Otro cuento corto sobre día de muertos.
En medio del caos y la prisa, la vida de una ballena boreal parece tener todas las respuestas: ¿cómo encontrar paz en la rutina? A veces, basta con flotar, respirar, y dejar que el momento nos lleve.
¿Cuál es la necesidad de no dejarlo ser?
Cuento corto sobre un recuerdo.
Biana comienza a ver duendes en su departamento tras la pérdida de su madre. Al inicio parecía poco problema, pero después, ellos comienzan a habitar su hogar más de lo prudente y reinan el entorno, haciéndola entrar en una desesperación de la que no se da cuenta.
Nico dejó de hacer algo que disfrutaba y lo hacía feliz tras perder a sus abuelos. Todo esto sucede porque el recuerdo de sus abuelos lo lastimaba y prefería no recordar de ninguna manera las cosas que solía hacer con ellos, así éstas le causaran también felicidad.
Un caótico viaje mental por un acto rutinario, donde a partir de un evento personal, que tomó meses de incertidumbre para decidir que corte iban a hacer dos metales afilados (tijeras), acompañado de un debraye sobre culturas que tienen bien establecida una identidad y característica muy particular, fuera de las prendas o ideologías, con el objetivo de escoger el corte de pelo que me hiciera sentir realmente yo de nuevo.
Sabía que el amor duele, pero, ¿con un vaso de leche?
En la noche no salen los monstruos, la noche es el monstruo (a veces)
Somos desconfiados cuando nos conviene.
Qué bonita luz la de esa hora.